jueves, 2 de junio de 2016

EDUCACIÓN PARA LA COOPERACIÓN

RESUMEN
EDUCACIÓN PARA LA COOPERACIÓN

Hablar de la cooperación es decir que es la acción que se realiza juntamente con otra u otras personas para conseguir un mismo fin. En principio, la cooperación beneficia a uno mismo y a los demás. Para que haya cooperación tiene que haber reciprocidad entre varios. Si no existe esta reciprocidad, no se puede hablar de cooperación sino de ayuda. La cooperación es absolutamente necesaria. Nadie puede vivir solo. Nuestras necesidades se entrecruzan y bien sabemos que siempre vamos a necesitar de alguien por eso es importante fomentar la amabilidad y sobre todo a gente sociable que sea pacifica para mejorar cada día como personas ya que nunca se sabe cuándo se va a necesitar la ayuda de otras personas.
En el texto menciona a la escuela tradicional como la fomentación de la competividad y no es que este mal sino que a veces esto crea un ambiente no sano en la cual se puede desarrollar más conflictos que ayuda mutua y lo que se trata de buscar es formar alumnos que sean cooperativos y no por decir cooperativos es ser el que realiza todo sino lograr que todos colaboren y realicen un mejor trabajo sin importan en cual ámbito se desarrollen. Y bien cuando hay cooperación se obtiene beneficios muy buenos como la educación integral de los alumnos, haciendo que la intervención educativa de la escuela no se limite a la adquisición de competencias cognitivas, sino que contribuya al desarrollo de todas las capacidades básicas de la persona, también Facilita los aprendizajes significativos, ya que el proceso de interacción de los miembros del grupo y su activa participación en el aprendizaje contribuye a establecer relaciones más intensas entre los contenidos y a adquirir una comprensión de ellos cada vez más profunda entre otras situaciones
EDUCAR PARA LA SOLIDARIDAD
La convivencia pacífica no es posible sin la solidaridad. Las tensiones sociales nacen y crecen cuando hay personas que no viven con dignidad. Son millones las personas que exigen ayuda. No queda otra alternativa que la solidaridad. Aunque sería mejor hablar de justicia.
La demanda de solidaridad se ha convertido en el distintivo del progreso social y en el reclamo del nuevo modelo de las relaciones internacionales.
Existe verdadera obsesión, a todos los niveles, por la solidaridad.
En el concepto de solidaridad encontramos tres componentes esenciales: compasión, reconocimiento y universalización (Ortega, P. y otros, 1996):
•          Compasión: La solidaridad supone, ante todo, un sentimiento de fraternidad, por el que uno siente afecto por los sufrimientos y necesidades de los demás como si fueran propios. Se compadece del otro y actúa, en consecuencia, solidariamente.
•          Reconocimiento: No basta con la compasión. Para que ésta genere solidaridad es preciso reconocer la dignidad personal de los otros. La solidaridad tiene así rostro: son otras personas, con la misma dignidad que yo, quienes me interpelan desde sus necesidades y demandan de mí una respuesta. Esto es posible solamente cuando se cree que la propia vida forma parte de la vida de los demás.
•          Universalidad: Otra característica esencial de la solidaridad es su universalidad. Para ser solidario hay que tener sentimientos de compasión y de ayuda a toda la humanidad, sin fronteras de ninguna clase (políticas, religiosas, étnicas, culturales, económicas...), salvo una mayor sensibilidad por los más débiles y necesitados.
La solidaridad, complemento de la justicia: La justicia y la solidaridad son dos valores complementarios. La solidaridad debe actuar donde no llega la justicia. La solidaridad es consecuencia y, a la vez, actitud básica para la justicia. Estamos ante dos caras de una misma realidad.
El voluntariado
El voluntariado es uno de los fenómenos más interesantes y prometedores entre nosotros. Cada vez son más las personas que trabajan altruistamente en la asistencia y promoción social. El fenómeno es de tal magnitud que ya se celebra el Día Internacional del Voluntariado y se anuncia la promulgación inminente de la Ley del Voluntariado.
Hacia la Cultura de la Solidaridad
Por lo visto hasta ahora, el voluntariado aparece ante nosotros como un símbolo de la necesidad de tomar postura frente al egoísmo y la injusticia que definen nuestra civilización. Podemos aprender mucho de las personas que luchan, todos los días, por contagiarnos su esperanza y su preocupación por la justicia y los derechos humanos. Tenemos que convencernos de que desde el esfuerzo individual se puede cambiar el mundo.


Elaborado: Kiara Gil Yah
Renan Tutzin


                                                                                                  

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