Educar para la convivencia y la paz
martes, 7 de junio de 2016
cartel de "Educación para la Paz como tema Transversal".
la educación para la paz es un tema transversal, ya que se relaciona con todas las asignaturas no solo en la escuela sino dentro del núcleo familiar, no vienen de una reforma educativa, no necesita tiempo extra, ni especialistas para poder enseñar a convivir, es a base de valores que están estrechamente relacionados en la vida cotidiana, así mismo el profesor se enfrenta a un reto día a día para poder enseñar a sus alumnos desde diferentes momentos par que la convivencia entre todos sea mejor en el transcurso del tiempo.
jueves, 2 de junio de 2016
EDUCACIÓN PARA LA COOPERACIÓN
RESUMEN
EDUCACIÓN PARA LA COOPERACIÓN
Hablar
de la cooperación es decir que es la acción que se realiza juntamente con otra
u otras personas para conseguir un mismo fin. En principio, la cooperación
beneficia a uno mismo y a los demás. Para que haya cooperación tiene que haber
reciprocidad entre varios. Si no existe esta reciprocidad, no se puede hablar
de cooperación sino de ayuda. La cooperación es absolutamente necesaria. Nadie
puede vivir solo. Nuestras necesidades se entrecruzan y bien sabemos que
siempre vamos a necesitar de alguien por eso es importante fomentar la
amabilidad y sobre todo a gente sociable que sea pacifica para mejorar cada día
como personas ya que nunca se sabe cuándo se va a necesitar la ayuda de otras
personas.
En
el texto menciona a la escuela tradicional como la fomentación de la
competividad y no es que este mal sino que a veces esto crea un ambiente no
sano en la cual se puede desarrollar más conflictos que ayuda mutua y lo que se
trata de buscar es formar alumnos que sean cooperativos y no por decir
cooperativos es ser el que realiza todo sino lograr que todos colaboren y
realicen un mejor trabajo sin importan en cual ámbito se desarrollen. Y bien
cuando hay cooperación se obtiene beneficios muy buenos como la educación
integral de los alumnos, haciendo que la intervención educativa de la escuela
no se limite a la adquisición de competencias cognitivas, sino que contribuya al
desarrollo de todas las capacidades básicas de la persona, también Facilita los
aprendizajes significativos, ya que el proceso de interacción de los miembros
del grupo y su activa participación en el aprendizaje contribuye a establecer relaciones
más intensas entre los contenidos y a adquirir una comprensión de ellos cada
vez más profunda entre otras situaciones
EDUCAR
PARA LA SOLIDARIDAD
La
convivencia pacífica no es posible sin la solidaridad. Las tensiones sociales
nacen y crecen cuando hay personas que no viven con dignidad. Son millones las
personas que exigen ayuda. No queda otra alternativa que la solidaridad. Aunque
sería mejor hablar de justicia.
La
demanda de solidaridad se ha convertido en el distintivo del progreso social y
en el reclamo del nuevo modelo de las relaciones internacionales.
Existe
verdadera obsesión, a todos los niveles, por la solidaridad.
En
el concepto de solidaridad encontramos tres componentes esenciales: compasión,
reconocimiento y universalización (Ortega, P. y otros, 1996):
• Compasión: La solidaridad supone, ante
todo, un sentimiento de fraternidad, por el que uno siente afecto por los
sufrimientos y necesidades de los demás como si fueran propios. Se compadece
del otro y actúa, en consecuencia, solidariamente.
• Reconocimiento: No basta con la
compasión. Para que ésta genere solidaridad es preciso reconocer la dignidad
personal de los otros. La solidaridad tiene así rostro: son otras personas, con
la misma dignidad que yo, quienes me interpelan desde sus necesidades y
demandan de mí una respuesta. Esto es posible solamente cuando se cree que la
propia vida forma parte de la vida de los demás.
• Universalidad: Otra característica
esencial de la solidaridad es su universalidad. Para ser solidario hay que
tener sentimientos de compasión y de ayuda a toda la humanidad, sin fronteras
de ninguna clase (políticas, religiosas, étnicas, culturales, económicas...),
salvo una mayor sensibilidad por los más débiles y necesitados.
La
solidaridad, complemento de la justicia: La justicia y la solidaridad son dos
valores complementarios. La solidaridad debe actuar donde no llega la justicia.
La solidaridad es consecuencia y, a la vez, actitud básica para la justicia.
Estamos ante dos caras de una misma realidad.
El
voluntariado
El
voluntariado es uno de los fenómenos más interesantes y prometedores entre
nosotros. Cada vez son más las personas que trabajan altruistamente en la
asistencia y promoción social. El fenómeno es de tal magnitud que ya se celebra
el Día Internacional del Voluntariado y se anuncia la promulgación inminente de
la Ley del Voluntariado.
Hacia
la Cultura de la Solidaridad
Por
lo visto hasta ahora, el voluntariado aparece ante nosotros como un símbolo de
la necesidad de tomar postura frente al egoísmo y la injusticia que definen
nuestra civilización. Podemos aprender mucho de las personas que luchan, todos
los días, por contagiarnos su esperanza y su preocupación por la justicia y los
derechos humanos. Tenemos que convencernos de que desde el esfuerzo individual
se puede cambiar el mundo.
Elaborado: Kiara Gil Yah
Renan Tutzin
martes, 24 de mayo de 2016
jueves, 28 de abril de 2016
La tolerancia y el Diálogo.
La tolerancia y el Diálogo.
Convivir con otros no es tarea sencilla. Somos iguales y también
diferentes. Nuestras necesidades e intereses chocan. Y surgen los conflictos.
Cuando no se respetan la dignidad ni los derechos de las personas se originan
situaciones de discriminación, rechazo e injusticia por motivos de recursos
económicos, raza, sexo, salud, creencias, cultura, etc. Lo importante es la
capacidad de afrontar positivamente los conflictos:
• El reconocimiento de la dignidad de la persona y de sus derechos fundamentales
es el pilar básico de la convivencia humana y supone el principio de no
discriminación y las actitudes de respeto, justicia y tolerancia (Declaración
Universal de los Derechos Humanos).
Tres son las ACTITUDES BÁSICAS para una
convivencia que intenta evitar la discriminación de las personas y de los
grupos:
· El PLURALISMO, que
valora con la misma importancia la igualdad y la diversidad de los seres
humanos;
· La TOLERANICA de todo
aquello que contradice nuestras ideas y valores;
· El DIÁLOGO, como
instrumento esencial en la resolución de los problemas sociales.
La ESCUELA debe promover en los alumnos
estas tres actitudes básicas si quiere lograr una convivencia social
respetuosa, sin discriminaciones de ningún tipo y solidaria.
Concepto de tolerancia
El término “tolerancia” se ha usado y se
usa con diversos sentidos. Nos encontramos con una gran diversidad de definiciones.
Ante la complejidad de la realidad que se quiere explicar, cada definición
resalta algún aspecto concreto, en función del contexto de referencia.
Recordamos algunas de las definiciones más frecuentes, advirtiendo que no se
trata de definiciones excluyentes, sino que se complementan perfectamente entré
sí.
Actitudes básicas de la
TOLERANCIA
Después de definir la TOLERANCIA,
necesitamos concretarlas grandes actitudes que se derivan de ella para
conseguir que este valor se convierta así en una de las intenciones educativas prioritarias
de la escuela.
Diálogo
La convivencia de los seres humanos no resulta fácil. Vivimos
en una sociedad desgarrada por los conflictos y los radicalismos
más excluyentes. El Diálogo podría ser la solución a muchos
de nuestros problemas. Pero la experiencia nos dice que
no sabemos dialogar.
El saber dialogar es una capacidad básica del ser humano.
Y las capacidades básicas necesitan un aprendizaje. Por eso, debemos
enseñar a nuestros alumnos/as, desde muy pequeños, a
ir asimilando progresivamente las habilidades y actitudes fundamentales
para saber dialogar. La familia y la escuela deben
convencerlos de que el diálogo es fuente de bienestar, de enriquecimiento
y de paz, y que para convivir hay que estar atentos
al otro, escucharle y pensar que él también tiene ideas y sentimientos
interesantes, aunque sean distintos a los nuestros.
“El diálogo es una conversación, una charla o coloquio entre
dos o más personas en la que se intercambian opiniones o
puntos de vista, a veces irrenunciables, en la búsqueda de entendimiento
entre las partes”. Para su correcto desarrollo, el
diálogo supone lo siguiente: voluntad en los participantes de
aceptar la parte de verdad del otro, actitud de provisionalidad o
precariedad de la propia verdad, reconocimiento de la igual legitimidad
de los interlocutores, voluntad de comprender y respetar
las razones de las diferentes posiciones, ideas y valores, reconocimiento
de la dignidad del otro como interlocutor, donación o entrega
de “mi verdad” como experiencia de vida, comunicación de
ideas y también de sentimientos y utilización del diálogo para solucionar
problemas o conflictos, pero también para encontrarse
con otras personas.
ALUMNO: DAMIÁN DE JESÚS CANCHE CHI
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